Mejorando la salud: el imperativo en la acreditación de instituciones formadoras de personal de salud
DOI:
https://doi.org/10.47993/gmb.v47i1.888Resumen
Las profesiones son prácticas sociales orientadas a resolver problemas y necesidades de la sociedad, por lo que contribuyen al bienestar común y a la calidad de vida de la población. Una profesión requiere una educación formal especializada y su ejercicio implica una gran responsabilidad y un alto nivel de competencia. Los profesionales del ámbito de la salud, en el ejercicio de su profesión, previenen y controlan enfermedades y problemas de salud, con acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación; en consecuencia, contribuyen a mejorar la salud y a prolongar la vida de las personas y poblaciones.
Los indicadores de situación salud muestran indirectamente, entre otros, la calidad de la atención en salud. Indicadores de salud negativos o adversos, como las altas tasas de mortalidad infantil y materna, reflejan una afectación o negación de la calidad. Es así que la calidad de la formación universitaria de los profesionales de la salud está relacionada con la calidad de atención en salud. Una formación universitaria pertinente, sólida, acorde con los avances de la ciencia y en el marco de estándares nacionales internacionales, garantiza que los profesionales estén capacitados para brindar servicios de salud de alta calidad y seguridad que impacten significativamente en la salud de las personas, familias y poblaciones.
En el contexto de la formación de profesionales de la salud, la gestión de la calidad implica procesos continuos y sistemáticos que garantizan que los programas de formación profesional cumplan con los estándares de excelencia nacionales e internacionales establecidos. Estos procesos abarcan, entre otros, la gestión institucional, el diseño e implementación de planes de estudios, las experiencias de aprendizaje, la tecnología educativa, la evaluación de los estudiantes, la autoevaluación y evaluación continua del programa o carrera. La acreditación, como un resultado de la gestión de la calidad, tiene como finalidad última la mejora constante y sistemática de la calidad educativa. Consiste en un proceso formal mediante el cual el Estado o una institución externa de referencia evalúa y certifica ante la sociedad que un programa o carrera cumple con los estándares de calidad previamente definidos.
La acreditación de carreras formadoras de profesionales en salud asegura que los egresados posean competencias reconocidas nacional e internacionalmente, aumentando la empleabilidad, competitividad y el reconocimiento de los diplomas universitarios. Consecuentemente, la población recibe servicios de salud seguros y de alta calidad; además, mejora su confianza en el sistema de salud.
En síntesis, es indispensable la incorporación de procesos de gestión de la calidad y acreditación en las instituciones, carreras y programas que forman profesionales de la salud. Esto con el propósito de asegurar que sus egresados adquieren conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para brindar servicios de calidad. La acreditación es una señal de compromiso de las instituciones formadoras de profesionales de la salud con el bienestar y la salud de las personas y poblaciones.
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